Hace muy poco aprendoi que la vida es injusta, y creo que, por lo menos en esta cultura, es parecida a un juego de niños que casi todos jugamos: el juego de las sillas, ese juego donde se corre alrededor de un grupo de sillas al ritmo de la musica manejado por un ser extraño pero que tiene el poder de manejar las conductas de los que correny cuendo este lo desea obliga a los subordinados a luchar por un asiento.
hay demasiada gente para pocos lugares, o alguien te saca como si no existerias o superas las dificultades y queriendo o sin querer dejas atrás a un semejante, y entonces cada vez más gente queda afuera y cada vez menos gente queda con un lugar hasta que uno solo gana y se queda sentado y solo.
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