Se levantó, y parecía que al amanecer le faltaba un empujón. Estaba desayunando con su parcimonia habitual cuando vio el reloj, se le hacía tarde y entonces su buen humor se volvió tormentoso, se apuró lo más que pudo y salió, mientras cerraba la puerta suspiro resignada a no poder volver a la calidez y silencio de su casa que a la mañana se hace más seductora.
Caminaba automaticamente hacia su destino cotidiano, esquivaba a los que se detienen a hablar ocupando toda la vereda, a los que caminan en sentido contrario, la chocan y para colmo no se disculpaban por ir muy metidos entre los auriculares de su mp3 o muy apurados como ella, los cuales enseguida olvida por estar ocupada tratando de pasar a los que caminan delante, un poco más rápido que una tortuga y por supuesto la pista de obstáculos no es tal sin el recorrido a través de las mesas de los bares.
Esperó el colectivo unos 5 min, unos 10 min.... unos 30 min pero llegó. Se subió al transporte y viajó apretada y parada, agarradita de su bolso muy cuidadosamente y tratando de no caer, tratando que no la pisen y no le den un codazo de esos que se pierden cuando hay una multitud en un espacio tan reducido pero preferia viajar así que sentada con alguien que duerme y por ello ronca al lado...en conclusión, el viajar en colectivo era algo desagradablemente cotidiano sin contar los días que el mal olor es insufrible o el que escucha música a todo volumen.
Marianela descendio con el alivió casi celestial de dejar de sentirse enlatada y preguntandose: ¿como hará para viajar un claustrofóbico?.
es verdad! jaja... esta buenisimo, tardé en pasar, sorry please, un besote
ResponderEliminarte quiero
hola amiga, cuando escribís algo?? me encanta como lo hacés..
ResponderEliminarhola amiga, cuando escribís algo?? me encanta como lo hacés..
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